Hoy vamos a explorar cómo podemos construir una comunidad sólida dentro de nuestras congregaciones, especialmente cuando enfrentamos el desafío de iglesias más grandes. Sabemos que en medio de la multitud, a veces puede ser difícil sentirse realmente conectados, pero con la guía de la Palabra de Dios, podemos cultivar relaciones auténticas y significativas que nos fortalezcan en nuestra fe y nos impulsen a crecer juntos como cuerpo de Cristo.

Es innegable que enfrentar la realidad de tener un hijo homosexual puede ser un desafío abrumador para muchos padres. Sin embargo, como cristianos, estamos llamados a responder a esta situación con amor, sabiduría y misericordia evangélica, siguiendo los principios que nos ofrece la Palabra de Dios. Aquí te presentamos tres puntos fundamentales para lidiar con esta situación de manera evangélica.

Vivimos en una época en la que el relativismo moral se ha vuelto la norma. "No hay verdades absolutas", dicen algunos. "Lo que es verdad para ti no tiene por qué serlo para mí". Esta mentalidad socava los cimientos mismos de la fe cristiana y conduce a una vida sin sentido ni propósito. Pero la Biblia nos muestra que Dios sí ha establecido verdades eternas e inviolables que debemos abrazar. Veamos por qué el relativismo es una ilusión peligrosa.

En nuestra vida cotidiana, nos enfrentamos constantemente a la tensión entre el materialismo, que nos impulsa a acumular riquezas y posesiones, y la mayordomía bíblica, que nos llama a administrar fielmente los recursos que Dios nos ha dado. Esta tensión puede ser desafiante, pero a través de la sabiduría de la Palabra de Dios, podemos encontrar claridad y dirección en cómo vivir nuestras vidas de acuerdo con los principios de la mayordomía bíblica. Aquí te presentamos tres puntos clave para navegar esta tensión de manera sabia y fiel.